Segundo título que Greg Egan dedica a lo que define como
Cosmología Subjetiva. En este caso se trata de
un acercamiento a la vida artificial.
Ciudad Permutación plantea temas de reflexión
sobre la posibilidad de existencia de la vida consciente en un entorno
artificial: En un futuro cercano los ordenadores son capaces de
almacenar y procesar "copias" de mentes humanas en un
ambiente de realidad virtual de formar que cualquiera (que tenga
suficiente dinero) pueda alcanzar una doble existencia: la física
y la informática. Esta última se convierte e uno de
los sueños de la humanidad, el de conseguir la anhelada inmortalidad.
La primera parte del libro es muy interesante, establece las bases
y los conflictos que tienen tanto las copias que viven en los ordenadores
como las investigaciones que se realizan desde fuera. La Copias,
como entidades pensantes, a menudo continúan manejando los
quehaceres que sus originales dejaron en vida (en caso que estén
muertos) de manera que se puede afirmar que la vida artificial tiene
una influencia real en el mundo de los "vivos".
Pero Egan va más allá y aporta la creación
de un universo digital en continua expansión donde las Copias
podrían vivir sin miedo a ser desconectadas. Una de las cuestiones
planteadas más interesantes es como evolucionaría
la "Vida" en estos universos digitales si se aplicasen
parámetros parecidos a los que tuvo la Tierra. Hay que tener
en cuenta que la inmortalidad de las copias permite observar y estudiar
tranquilamente todos estos puntos.
La segunda parte profundiza más en la metafísica
que ya apareció en Cuarentena y nos proporciona una visión de los seres que han evolucionado
dentro de este universo digital pero también de los problemas
psicológicos a que se deben enfrentar las Copias.
En definitiva, Ciudad Permutación es una buena
novela de Ciencia Ficción, de lectura pausada pero que en
numerosos pasajes resulta demasiado técnica y compleja. Provoca
tanta fascinación por la imaginación del autor como
perplejidad por no acabar de comprender algunos temas que nos propone
(sobretodo en los capítulos finales, algo confusos)
Sin duda se merece una segunda lectura, más lenta, para
llegar a toda la información que seguro, la primera vez se
nos ha escapado.
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